Se califica como despido a la acción de una empresa de finalizar la relación laboral con un trabajador en concreto. En cualquier caso,todos los pormenores relacionados con los despidos laborales están delineados en el Estatuto de los Trabajadores , en su artículo 49. A continuación, veremos los diferentes tipos de despido que existen en España.
Despido procedente
Se trata de un despido realizado bajo los lineamientos de la normativa vigente. Para que esto sea posible debe tratarse de un despido objetivo o un despido disciplinario.
El despido objetivo se produce cuando existen causales permitidas por la Ley, especialmente por motivos organizativos, de producción, técnicas o económicas. También es posible que se trate de un despido colectivo el cual, como su nombre lo indica, afecta a una cantidad considerable de trabajadores. Para que este último se pueda realizar es necesario acogerse a un ERTE. Por supuesto, en este tipo de procesos el trabajador tiene derecho a recibir los pagos correspondientes derivados del despido, incluyendo a las prestaciones generadas hasta el momento.
Por otro lado, el despido disciplinario se produce debido a un comportamiento grave del trabajador, el cual ha causado problemas de producción, logísticos o internos en la empresa. Los casos más comunes se relacionan con indisciplina del trabajador, quizá por no presentarse a trabajar, llegar tarde constantemente o ausentarse sin autorización previa de su lugar de trabajo. Además, existen muchos otros factores que pueden considerarse como causales para ejecutar un despido disciplinario. Para su correcta ejecución es necesario revisar los causales en la normativa vigente, pues únicamente se pueden producir estos despidos por las razones previamente estipuladas. En cualquier caso, lo mejor es que un abogado especialista haga un estudio del caso para deslindar responsabilidades.
Despido improcedente
Como su nombre lo indica, en este tipo de despido no existen las condiciones necesarias para que se efectúe debido a que no existe un causal justificable o porque no se ha seguido el procedimiento indicado en la normativa vigente. Entre otras cosas suele ser común que el empresario realice el despido sin enviar una carta de notificación al trabajador. En ese caso, a pesar que haya causas justificables para realizarlo, no procederá puesto que no se está siguiendo el procedimiento establecido en la legislación laboral.
Cabe destacar que únicamente puede declararse como improcedente mediante la vía judicial. Como resultado, debido a que no existe una causa que justifique el despido, la empresa deberá destituir al trabajador en su anterior lugar de empleo. Además deberá abonar todos los salarios no percibidos a causa del despido improcedente. Y, por último, deberá pagar una indemnización como consecuencia del despido.
Despido nulo
Debido a las características de este último tipo de despido, las consecuencias son muy similares a las de el despido improcedente. Sin embargo, la característica principal de este tipo de proceso es que el empleador atenta contra los derechos fundamentales y libertades del trabajador. Por lo tanto, se considera que el trabajador no ha dado motivos para la rescisión de contrato y el empleador tampoco tiene fundamentos para realizarlo. Por lo tanto, se espera que el empleador abone todos los salarios no percibidos del trabajador y que lo restituya en su lugar de trabajo.
Por qué es importante conocer los diferentes tipos de despido
Evidentemente, antes de iniciar un proceso en los tribunales es necesario determinar adecuadamente el tipo de despido efectuado. La razón principal es que los tribunales desestimarán cualquier alegación contraria a lo estipulado en la normativa vigente. Por lo tanto, si un trabajador decide impugnar el despido, deberá contar con la asesoría de abogados especialistas en derecho laboral para presentar la alegación correspondiente.