No existe una respuesta única, y por lo tanto sencilla, para esta pregunta, puesto que varios factores influyen para reducir o aumentar el tiempo necesario. Sin embargo, existen dos escenarios posibles que podrían determinar en cuánto tiempo se obtiene un divorcio, como veremos a continuación.
Aspectos preliminares.
Existen dos tipos de divorcios, a saber, de mutuo acuerdo y contencioso. Su nombre indica en qué consiste cada tipo de proceso, pues en el divorcio de mutuo acuerdo se requiere que ambas partes consientan en todos los aspectos importantes, mientras que el contencioso se efectúa cuando no es posible llegar a acuerdos. Como es lógico pensar, en caso que se trate de un divorcio de acuerdo mutuo el tiempo será considerablemente menor en comparación con el procedimiento contencioso. Por lo tanto, el primer elemento fundamental para determinar la duración del proceso será el tipo de divorcio que deberá tramitarse.
Con esta idea en mente, ¿podríamos mencionar algún tiempo promedio? Sí, pero recalcando que existen muchos factores adicionales que modificarán su duración. En resumen, debes considerar que si es de mutuo acuerdo, el tiempo que durará el proceso de divorcio podría oscilar entre 1 y 3 meses. Por otro lado, si se tiene que tramitar a través de la vía contenciosa, entonces suele tardar entre 8 y 18 meses el tiempo de espera para obtener la sentencia definitiva. Por supuesto, el trabajo del abogado de familia que lleve el caso será fundamental para reducir el tiempo necesario para que se obtenga la sentencia definitiva. En cualquier caso, hay aspectos sobre los que no se tiene ningún control y que influyen considerablemente en su duración.
Por ejemplo, algunos juzgados tienen una carga de trabajo alta, considerablemente mayor que otros, y lógicamente tardarán más en atender la solicitud. Para darnos una idea, en caso que sea un divorcio contencioso, desde el momento en que se presenta la demanda hasta que le llega la notificación al demandado, suele transcurrir un periodo de 45 días. Y esto tan solo es el inicio del proceso.
Adicionalmente, también habrá que tomar en cuenta la cantidad de bienes en común que existan. Esto es así porque mientras más bienes en común haya, la liquidación de la sociedad de gananciales requerirá una mayor cantidad de tiempo. Será necesario realizar una tasación mayor y, como consecuencia, la repartición de bienes será más tardada. Por lo tanto, el tiempo que transcurrirá hasta que se obtenga la sentencia definitiva será considerablemente mayor.
Otro factor que incidirá en el tiempo que deberá transcurrir es si hay hijos en común. En ese caso, será necesario determinar asuntos como la custodia, el régimen de visitas y la pensión alimenticia. Por supuesto, mientras menos acuerdos se logren en cada uno de estos aspectos será mayor el tiempo necesario para que el Juez otorgue la sentencia definitiva. Aunque estos aspectos son los más relevantes, existen otros asuntos adicionales que incidirán directamente en el tiempo que tardará el proceso.
Disolución del matrimonio y la sociedad de gananciales.
Antes que el Juez dicte la sentencia definitiva, y en caso que haya hijos en común, será necesaria la intervención del ministerio fiscal. En este caso, se espera que presente un informe que le servirá de base al Juez para valorar los diferentes aspectos implicados con los hijos. Cabe destacar que comúnmente este informe tarda varias semanas en emitirse. Este no es un requisito que pueda eliminarse, puesto que sin importar que se trate de un divorcio de mutuo acuerdo o contencioso, deberá obtenerse.
En cualquier caso, si el proceso es de mutuo acuerdo, no solo se reduce el tiempo de espera sino que también es considerablemente más económico. Además, se derivan menos problemas legales en este tipo de trámites. Sin embargo, no son los procesos de divorcio más comunes, lo cual normalmente se debe a que la principal razón por la que existe una ruptura matrimonial es precisamente la falta de acuerdos. Por supuesto, esto es aún más difícil cuándo se trata de acordar la disolución de la sociedad de gananciales.
Ahora bien, cabe destacar que la disolución de la sociedad de gananciales no necesariamente debe realizarse antes que se otorgue la sentencia definitiva de divorcio. Sin embargo, lógicamente será más fácil realizarlo en este momento que posteriormente. De hecho, lo recomendable es que se incluyan estos detalles en el convenio regulador que se redacte como consecuencia del divorcio. Una de las razones principales para hacerlo así es que al disolverla deja de vincularse económicamente a la pareja.
Por otro lado, en cuanto no se haya dictado la sentencia firme de divorcio no se habrá disuelto la sociedad matrimonial. Para los efectos legales, aún se trata de un matrimonio y, por lo tanto, seguirán teniendo las mismas responsabilidades y derechos que hasta el momento los han regido. Esto significa que aún no se establecen legalmente mecanismos como el régimen de visitas o la pensión alimenticia. Por lo tanto, no existe ninguna obligación de ninguno de los cónyuges, salvo las habituales de un matrimonio. Con la finalidad de regular la situación, y evitar otro tipo de inconformidades, es recomendable redactar acuerdos temporales. Esto es útil si se trata de un proceso contencioso, especialmente porque tardará mucho tiempo para que el juez dicte la sentencia firme.
Sin embargo, existen dos limitantes por las que normalmente no se realizan estos acuerdos. El primero se relaciona con la razón principal por la que se está recurriendo al divorcio: la falta de acuerdos. De hecho, esta ha sido la razón por la que es necesario recurrir a la vía contenciosa, por lo tanto, es poco habitual que se logre un consenso. Adicionalmente, adoptar estás medidas implica aumentar el coste del proceso. Para que sean válidos es mejor que se validen ante notario y que sean redactados por expertos en derecho civil, especialmente en derecho de familia. Esto, por supuesto, representa cubrir el coste de honorarios adicional. En cualquier caso, es recomendable contar con la asesoría de expertos en la materia para asegurarse de seguir los lineamientos de la normativa vigente.