Ser acusado de asesinato comporta una circunstancia moral y legal de las más complejas que se lidian en las sociedades actuales, es por ello que tener una buena defensa se haga especialmente vital
La vida puede derivar en caminos verdaderamente complejos para algunas personas. La casuística, el entorno, el momento y las condiciones vitales de cada individuo hacen posible vivir episodios que, en muchas ocasiones, son complicados de predecir y, en otras, evitarlos también se hace difícil. No obstante, puede existir una lógica compartida al hecho de pensar que cometer o que acusen a alguien de cometer un asesinato es de las cuestiones morales, emocionales y socialmente más terribles que puedan existir en las sociedades actuales.
Aun así, las democracias occidentales, como la española, en sus códigos penales tienen tipificado el delito de asesinato de manera exhaustiva. Además, ese hecho permite elevar muros de defensa en torno al acusado que también tiene derecho a defender su honorabilidad, aprovecharse de los atenuantes permitidos y, en cualquiera de los casos, defender su inocencia.
Es por esa razón que preparan tu defensa ante una acusación de asesinato se convierta en una cuestión vital dadas las circunstancias. Para ello, acudir a un abogado criminalista será lo más acertado. No solo contará con su amplio conocimiento en el código penal para ahondar en los argumentos que beneficien a su cliente, sino que contará con un equipo multidisciplinar que ayudará a esclarecer los hechos y buscar todos los atenuantes posibles e incluso demostrar que el acusado no cometió tal delito.
¿Qué es un asesinato en el Código Penal?
Por supuesto, para que se den las circunstancias de un asesinato el delito de sangre debe componer una serie de parámetros que se dividen en diferentes grados y tipos de ejecución. Por ende, en el Código Penal español, recogido en su artículo 139 se define el asesinato como un acto de homicidio contra otro individuo siempre que en ese acto concurran las siguentes circunstancias:
Matar a una persona con alevosía premeditada: el hecho de que sea considerada se debe, en esencia, a que la persona que comete el acto delictivo lo hace aprovechándose de unas circunstancias especiales de poder respecto a la víctima.
Cuando se comete el delito por algo a cambio: es decir si el que comete el homicidio lo hace por dinero, por obtener alguna recompensa o por una promesa se elevará a la categoría de asesinato.
En los casos en los que concurre el ensañamiento: es uno de los hechos que más se tipifican en este tipo de delitos. Enseñar es maltratar de manera deliberada y exagerada la propia agresión o el acto de asesinar. Eso hace que el dolor sobre la víctima aumente y, por ende, las penas puedan ser mayores.
Por ocultación de delito: es decir, hay veces que una persona mata a otra para no ser descubiertas y ese deseo de ocultación también comporte una categoría de asesinato.
Otras circunstancias que puede agravar la acusación de asesinato
Los grados de homicidio que se han expuesto en el anterior apartado sirven para tipificarlo como asesinato. Sin embargo, concurriendo esa figura penal se puede ver agravada si, además, comporta un atentado contra más de dos personas; también cuando se comete en detrimento de la libertad sexual de la víctima; el hecho de pertenecer a banda u organización criminal, o que la víctima sea menor de 16 años ofrece más complejidad a la defensa.
En definitiva, ser acusado de asesinato es muy grave y se haya, o no, cometido el delito una buena defensa legal es fundamental en estos casos. En esa tarea los abogados criminalistas ofrecen sus servicios y su experiencia para legitimar los derechos de su defendido y, siempre, buscando su absolución o las penas menores dadas las circunstancias de culpabilidad. Se trata pues, de cumplir con los derechos que asisten a todo acusado y, por grave que sea el delito, también hay que conocer las circunstancias en las que se cometieron y las que rodean particularmente al acusado para llevarle a esa tomar esa decisión.
